La curiosidad, el asombro, la espontaneidad y la energía viva de lxs niñxs resultan poco funcionales para un mundo que persigue el rendimiento y la obediencia. Los diagnósticos de trastornos de la conducta en niñxs se han convertido en un mecanismo de control violento hacia los derechos de la infancia. ¿Será el diagnóstico de TDAH una respuesta centrada en el bienestar superior del niñx?, ¿o es una respuesta funcional que el sistema le da a aquellos que se desvían de la norma? ¿Vivimos en un mundo que reconoce a lxs niñxs como sujetxs de derechos? El otro Tom es una película que lejos de repasar dichas preguntas ofreciendo respuestas contundentes, lo hace transmitiendo la confusión de una madre que intenta ver por el bienestar de su hijo y el respeto a su individualidad. 

Una familia latina que vive en Estados Unidos conformada por una madre, un padre ausente y su hijo, es el contexto en el que un diagnóstico impulsa esta historia. Tom crece en un ambiente desorganizado, es decir, un ambiente que se sostiene con dinámicas inciertas y poco predecibles. Tanto él como su madre, que es quien debe decidir por su salud, se convierten en objetos y víctimas de la psiquiatría tradicional norteamericana. 

La escuela, lugar en el que se manifiestan los síntomas, es una pequeña muestra del sistema que perpetúa los males de la sociedad adulta y refuerza su estigma, en lugar de ser un espacio resiliente y promotor de los derechos de lxs niñxs. No hay ahí lugar para las y los que no puedan estar sentados, ser bilingües, obedientes y responder de forma educada a sus superiores. Pero hay otros espacios y otros criterios para problematizar la conducta, algunos le son revelados a la madre como un rumor y otros deberá ella crearlos mediante la escucha y el reconocimiento de su hijo. 

Mirar la conducta del niño aislado siempre me ha parecido absurdo y violento, al igual que juzgar a las madres por no “esforzarse lo suficiente”. ¿Cuál sería la respuesta normal de un niño cuando enfrenta un entorno que lo omite y que no lo mira? ¿Cómo vivirá una madre su crianza ante una cultura que la culpabiliza y le ofrece pocas posibilidades y nula seguridad? El otro Tom, una historia sobre los diagnósticos que se hacen en nombre de la salud mental y tienen a la infancia funcionalmente adormilada, callada y depresiva. 

Por Elisa Vigil Escalera Sánchez