En la aldea de Tatiste, en Níger, Houlaye, de 14 años, y otros niños, recorren kilómetros para ir a buscar el agua que la aldea necesita para sobrevivir. Esta tarea diaria hace imposible la asistencia regular a la escuela. La falta de agua también empuja a los adultos a dejar a sus familias cada año y cruzar las fronteras en busca de recursos para su sustento. Sin embargo, bajo esta región se encuentra un acuífero de varios miles de kilómetros cuadrados.