El encuentro de dos seres solitarios en una estación de trenes a una hora en la que la gente ha desaparecido sirve para que los miedos iniciales se transforman en una comunión de sentimientos. Dos personajes de proceder extraño, profundamente tiernos, líricos, que aún con sus diferencias encuentran la forma más sutil de comunicarse y crear una zona límpida para que sus recuerdos y sus nostalgias no se lastimen nunca. Son dos diminutos catalizadores de emociones sin destino, que asumen (metafóricamente) ser parte de una raza extinguida: “los Dinosaurios”.